una mañana entre trenes
Esta mañana he visitado el museo del ferrocaril en Madrid, en la antigua estación de Delicias. En mi ciudad hay muchos museos por ver, por muchos años que uno viva en una urbe del tamaño de la mía siempre quedan sitios interesantes por descubrir.
El vestíbulo de la estación me ha resultado muy familiar, creo que aquí se han rodado varias películas importantes. Una de ellas si no me equivoco "Nicolas y Alejandra", sobre la vida del último pusilánime zar en una escena en la que despide a su ejercito camino del frente de batalla. Es notable la cantidad de niños acompañados de sus padres que había, supongo que un soleado domingo por la mañana es un buen destino para compartir grandes y pequeños, aunque me ha llamado la atención como muchos de los mas pequeños campaban por allí a sus anchas sin mucho cuidado de sus padres, a pesar del relativo peligro que puede suponer una caida a andenes o un golpe con alguna parte del material allí expuesto.
Aunque el museo me ha parecido interesante, en general, me ha dado la sensación de que lo expuesto está un tanto amontonado y con una relativa falta de criterio. No es muy grande la cantidad de material histórico expuesto ni tampoco de apoyo didáctico. Hay tanto que contar sobre el mundo de los trenes................ pensemos por ejemplo en lo relacionado con la literatura y el cine, la evolución del diseño de los mismos en relación a la comodidad o a la evolución del concepto de clases sociales en el hecho de viajar.
A mis amigos creo que les ha gustado la visita. Yo como siempre que organizo algo, al principio sobretodo me he sentido algo violento, creo que al exponer mis sentimientos al elegir algo y exponerme a los demás, pero al entender el origen de mi estado de ánimo en ese momento y con la práctica estoy en el camino de ir poco a poco aplacándolo. Yo no soy responsable de que un acto como este salga enteramente perfecto, entre otras cosas por que en la vida no hay nada perfecto.Por otra parte no se debe ir por la vida escondiendo los sentimientos propios porque esto no es vivir, aunque a veces nos hieran.